Para estudiar la sexualidad humana no sólo debemos centramos en el diagnóstico y tratamiento de los diversos trastornos, sino que habría que intentar comprender la evolución histórica de los comportamientos sexuales. Las ideas y comportamientos sobre el sexo, el amor o la pareja no son estáticos, sino que van cambiando y es conveniente estar alerta sobre este tipo de transformaciones culturales.

Focault

En los años setenta del siglo pasado, el filósofo francés Michel Foucault tuvo la intención de preparar una colección de seis volúmenes que recogerían Su prematura muerte, a los 57 años a causa del Sida, hizo que su proyecto quedara inacabado, pero los tres volúmenes que sí llegó a publicar son un estudio minucioso y de gran calidad sobre la práctica sexual.

Grecia y Roma

Los tres volúmenes publicados, sobre todo los dos últimos, tratan sobre la idea del sexo en las civilizaciones que son precursoras de nuestra sociedad occidental: la cultura helenística y el imperio romano. Aunque resulta imposible condesar aquí todas las ideas expuestas por Foucault, sí que podemos presentar algunas de sus conclusiones:

  • La sexualidad no estaba dividida el balance masculino-femenino, sino por crear un equilibrio entre una persona que actúa como papel activo (hombre) y otra con uno pasivo (mujer, joven, esclavo). Los griegos consideraban aberrante que no se cumpliera este equilibrio, clave para la propia conversión de la persona hacia un ciudadano individual y libre.
  • El tema de la homosexualidad estaba aceptado siempre que se respetaran ese equilibrio de fuerzas, es decir, no era raro que jóvenes de clase alta fueran entrenados por maestros de más edad en toda clase de situaciones vitales, incluyendo la sexualidad. Aun así, el tema de la sexualidad con jóvenes era algo polémico, aceptada sólo para jóvenes ya en la pubertad, no con niños como se tiene la creencia.
  • El matrimonio como institución social y pública no apareció hasta la época romana, siendo en la cultura griega un acuerdo de carácter privado entre familias de los cónyuges.
  • En la Grecia clásica el adulterio de carácter romántico o espiritual era considerado más grave que el físico, que era generalmente más permitido. Aun así esto solamente se inscribía dentro del ámbito masculino, a la mujer le estaba terminantemente prohibido tener cualquier tipo de relación extramatrimonial.

Colaboración: David Cueto Marcos (Psicólogo de CEPTECO).

Artículo completo (provisionalmente deshabilitado): ileon.com (31 mayo 2016).